Oposición y familia
Cuando tomas la decisión de opositar, puedes encontrarte en diversas situaciones de partida. Vamos a ir desgranándolas, analizando sus implicaciones y ofreciendo consejos sobre qué decisión tomar según sea tu caso.
Hoy vamos a trabajar cómo se vive la oposición desde la perspectiva familiar, ofreciéndote nuestra visión, fruto de nuestra trayectoria, formando a cientos de opositores y sus múltiples realidades.
También queremos ofrecerte algunas pautas para afrontar los conflictos que puedas tener, dependiendo de la situación en la que te puedas encontrar.
Opositar con familia estable
A diario nos encontramos a opositores que ya tienen una vida familiar desarrollada, que no han podido comenzar con la oposición hasta tener cierta estabilidad familiar o que incluso han decidido opositar para ofrecer a la familia, precisamente, esa estabilidad.
Si eres una madre o padre de familia, que ha decidido que ha llegado su momento para opositar, es frecuente que el problema principal que te encuentres sea el de cuestionarte si has tomado la decisión correcta. Puede que te cargues de responsabilidad por hacer pasar por todo esto a tu familia, solo por cumplir un sueño personal.
Plantearte si merece la pena o si es lo correcto, puede minar tu motivación y hacerte abandonar tu camino, si no tienes claras las cosas. Nuestro consejo es que mires todo con perspectiva y que entiendas que si has retrasado tu decisión de opositar ha sido precisamente por el bien de tu familia, buscando que el momento de opositar, sea con las mejores condiciones para todos.
Otro argumento que tienes que tener muy presente es que eres un pilar para tu familia y como tal debes tener tu motivación al 100% y eso pasa por perseguir tus aspiraciones. Si sientes realización personal y eres feliz, tu familia también lo será.
Opositar con familia inestable
Otra situación puede ser la de la búsqueda de una estabilidad para tu familia, si es tu caso, la motivación es clara: lo haces principalmente por ellos, siendo un fuerte escudo para los momentos de flaqueza, donde solo tienes que imaginar su orgullo cuando lo consigas, para seguir adelante.
No obstante, puede que te tengas que enfrentar al problema de opositar por otros, pero no quererlo de verdad, solo actuar por deber y no por voluntad. Esa es la peor de las torturas.
Si no tienes claro que este sea tu camino, lo que te recomendamos es buscar qué te ha llevado hasta aquí, ya que posiblemente algo sí te atrae, pero tienes dudas sobre si es tu vocación.
La respuesta está en que quieres ayudar a otros y eso ya es más de la mitad del camino. Es un trabajo de servicio público ante todo. Tiene sus riesgos, claro, pero cuando haces la vida de otro mejor o le salvas de un riesgo, o evitas que alguien dañe a otros, el sentimiento de realización, compensa absolutamente.
Nuestro mejor consejo es que busques qué parte del cuerpo es para ti, pues opciones hay muchas, y seguro que es verte ayudando a otros desde ese puesto, lo único que te falta para hacer tuya esta meta.
Opositar mientras se forma la familia
La edad a la que la mayoría de las familias deciden crecer, puede perfectamente coincidir con el momento de opositar. Ya tenemos madurez y sentido de la responsabilidad, como par a comenzar con ambos proyectos, al tiempo que tenemos ganas de logarlos cuanto antes, por lo que se opta por todo a la vez.
Tirando de refranero popular, hace más el que quiere que el que puede y si lo quieres todo, podrás con todo. No obstante, no te engañaremos, fácil no será. El estrés hará de la suyas y será una etapa muy intensa, la clave está en tener las herramientas para afrontarla.
Aquí la clave es la organización. Tendrás que cuidar bien los tiempos, centrarte en lo que tienes que hacer y ahorrar el tiempo de pensar si estás haciendo lo mejor. Es lo que quieres y detrás de los sueños, no hay tiempo que perder.
En los momentos de flaqueza, siempre recuerda el motivo por el que te sacrificas: un futuro mejor. El ahora será difícil, pero la recompensa a medio y largo plazo, merecerá la pena. Sin duda.
Opositar con la familia en contra
Este es un escenario muy complicado, pues si uno de los pilares de nuestra vida no es sólido, afectará al resto. Tenerlo claro es el primer paso, el segundo es el apuntalarlo con el peso de nuestros objetivos y nuestras decisiones.
Puede que no todo el mundo entienda tus motivos, pero quién tiene que buscar su porvenir eres tú. Lo que te recomendamos es asegurarte de que es lo que quieres y después, tomar la decisión de luchar contra todo por lo que has decidido ser.
No obstante, no deja de ser una declaración de intenciones, luego viene el día a día. Para afrontarlo te recomendamos seguir las siguientes pautas:
- Explica tus porqués. Son tus seres queridos y solo buscan lo mejor para ti, pero puede que no entiendan que esto es lo que te hace sentir realización plena. Te animamos a que te esfuerces en hacerte entender, desde la sinceridad y la paciencia, entendiendo que si te quieren y acabarán por aceptarlo.
- Busca tus momentos. Tienes que dedicar muchas horas y lo mejor es que busques cuándo y cómo estudiar, lejos de fuentes de desmotivación. Puede ser una buena opción ir a una biblioteca o estudiar por las noches.
- Ten un plan. Muchas veces, la desconfianza de tu familia, parte de las dudas o el miedo de cómo acabará esto. Muestra que sabes dónde te metes, que tienes las ideas claras y que has pensado muy bien en todo.
Finalmente, queremos recordarte que estamos aquí para ti, a tu entera disposición, por si podemos ayudarte con cualquier duda… ¡TODO POR LA PLAZA!