Entrevista: técnica de control de estrés
En el día de la entrevista, es uno de los más importantes de nuestra vida, ya que unos pocos minutos nos jugamos mucho tiempo de preparación y esfuerzo.
Nuestro cuerpo y nuestra mente son conscientes de ese grado de ansiedad y, cumpliendo con sus funciones, producen reacciones en nuestro organismo, que no nos ayudan a dar la imagen de seguridad y control deseada.
Pero, ¿cuál es el motivo? … entender el porqué suele ayudar a ganar en autocontrol y lo primero que tienes que entender que estas reacciones no son más que un mecanismo de protección.
Es habitual sentir más tensión en las extremidades, esto es para estar preparados para huir del depredador.
Nuestra postura puede ser más curvada de lo deseable, a modo de caparazón protector o más tensa de lo conveniente, a modo de intimidación para quien nuestro cuerpo considera una amenaza, en este caso, el Tribunal de selección.
Como vemos nuestro cuerpo es nuestro fiel defensor, detecta que no estamos cómodos, que tenemos miedo y su respuesta es prepáranos para escapar o luchar.
Ya que hemos entendido que es todo un error de interpretación, vamos a ver la manera de hacer entender a nuestro cuerpo, que hemos elegido estar ahí y que no debe prepararse para ninguna guerra.
El primer paso no es otro que mentalizarse y proponerse recuperar el control de nuestras reacciones. Es cierto que en su mayoría son reacciones del sistema simpático, que actúa de forma automática, pero si tenemos suficiente voluntad, podemos ejercer bastante control sobre ellas.
A modo de curiosidad y para demostrarte que tienes más capacidad de autocontrol del que creías, los monjes tibetanos, con suficiente experiencia en meditación, son capaces de controlar parámetros como las pulsaciones o la temperatura corporal.
Sin embargo, también hay truquitos, más allá de la mentalización, que nos pueden ayudar a controlar nuestras reacciones. Vamos a ello:
Movimientos de piernas y pies
El clásico tembleque muchos sufrimos cuando estamos nerviosos o impacientes por algo. Una técnica para controlarlo y reducirlo es apoyar la planta del pie – no solo el talón – en el suelo. Esto logrará tensionar los músculos superiores y limitará el movimiento sensiblemente.
Mirada
Se suele recomendar mirar a los ojos, pues eso denota seguridad en uno mismo y control de la situación. Esquivarla es signo de debilidad y se puede interpretar como una descortesía.
Pero la realidad es que si el Tribunal nos impone mucho, nos costará mantener la mirada. El truco te recomendamos es el de mirar a las cejas. Como estamos a suficiente distancia – especialmente en los tiempos post COVID – nadie se percatará de esa leve desviación.
Además, conforme ganes confianza, seguramente llegues a enfocar a los ojos sin siquiera darte cuenta, siendo todo un proceso de adaptación muy natural.
Espalda
La postura, especialmente los hombros, es un elemento que el Tribunal utilizará para medir tu grado de seguridad y capacidad de transmitir, tanto a nivel de confianza como de comunicación.
Por ello es muy importante, que cuidemos este aspecto, que suele ser el gran olvidado. Vamos a procurar mantener un porte firme, con hombros rectos.
El problema es que es difícil saber si tenemos la postura adecuada, pues no nos vemos. Nuestro consejo es que procures tener la espada apoyada al respaldo, como si sintieras que es un pilar que te sostiene.
Esto no solo te garantizará estar erguido, te ayudará a sentirte más seguro, pues tu retaguardia estará cubierta y eso tu cuerpo lo interpretará como que puede reducir su nivel de alerta.
Manos
Por último, vamos a trabajar cómo ubicar las manos durante toda la entrevista y valorar si debemos utilizarlas y cómo sería la mejor manera de hacerlo.
Este punto es uno de los grandes clásicos, pues nos preocupa mucho qué hacer con las manos, como si fuera algo ajeno a nosotros, pero que tenemos que llevar en la entrevista.
Nuestro consejo es que las veamos como parte de nosotros, como otra forma de comunicar lo que queremos decir.
Si normalmente eres de los que usa las manos para comunicarte, solo ponte dos límites: nunca por encima de los hombros, pues darías imagen de demasiado protagonismo, y no espantes moscas, la idea es que no marees al tribunal con movimientos excesivos.
Un truco que podemos darte, especialmente si eres de los que habla al ritmo de tus aspavientos, es que te fijes en si las mueves mucho, pues eso indicará que también estás hablando demasiado rápido. Mantén un ritmo coordinado entre habla y movimiento de manos, así se controlarán ambos a la vez.
Si por el contrario, eres de los que no utiliza casi las manos, no te obligues a usarlas, busca una postura cómoda para mantenerlas y listo. A lo sumo úsalas para ganar algo de tiempo cuando tengas que dar alguna explicación, a modo de introducción.
Esperamos haberte mostrado que tu cuerpo no es tu enemigo, es un compañero, algo torpe y cuadriculado, pero que solo quiere lo mejor para ti. Solo tienes que buscar la manera de comunicarte con él, para hacerle entender qué necesitas.
Quedamos a tu entera disposición, por si podemos ayudarte con cualquier duda… ¡TODO POR LA PLAZA!