Oposición y trabajo
Cuando tomas la decisión de opositar, puedes encontrarte en diversas situaciones de partida. Vamos a ir desgranándolas, analizando sus implicaciones y ofreciendo consejos sobre qué decisión tomar según sea tu caso.
Opositar y sin trabajo
En principio sería el escenario más recomendable, pues dispones de todo el tiempo del mundo para dedicarlo a la oposición. Puedes hacer de ella tu trabajo a tiempo completo y, por tanto, lo esperable es que pronto puedas recoger los frutos.
Sin embargo, no siempre es tan sencillo, pues no tener trabajo puede no ser por elección propia, dando lugar a una situación de estrés, al elevar la presión por obtener el apto cuanto antes.
Nuestro consejo es que organices tus prioridades, marques un objetivo temporal realista. Un esfuerzo ahora puede ser la clave para un futuro prometedor, pero si no te lo puedes permitir, ten presente que solo es cuestión de tiempo y el tiempo invertido en tu futuro nunca será perdido.
Puede que estés en el momento de decidir dejar el trabajo para centrarte al 100% en lo que realmente quieres. Solo te animamos a pensar bien los detalles como el tiempo que necesitarás para alcanzar tu meta y lo que puedes permitirte aguantar sin ingresos, así como valorar otras opciones como reducciones de jornada o excedencias, que te permitan incluso volver cuando ya no necesites invertir tantas horas de estudio, al dominar gran parte del temario.
Opositar con trabajo a media jornada
Este escenario puede ser el más efectivo, pues sin perder ingresos mensuales, podemos andar hacia nuestro futuro, pero igualmente podemos encontrar algunos problemas.
Habitualmente tener un trabajo a media jornada supone tener turnos cambiantes y puede costar organizar el tiempo de estudio para alcanzar una rutina. Si es tu caso, te recomendamos tener muy claro el recuento de horas estudiadas, pues es fácil caer en la falsa sensación de haber estudiado bastante, cuando podíamos haber hecho más.
Otro problema, a compartir con quienes tienen un trabajo a jornada completa, es el tiempo para ti, para tu ocio, para tus amigos y familia, que suele ser el gran perjudicado, pues por desgracia el día tan solo tiene 24 horas y no podemos estirarlo más. Si es tu caso, solo tienes dos recursos: organización, para aprovechar tu tiempo, por poco que sea, y sacrificio, entiendo que solo le estás diciendo a esos ratos que tanto disfrutas y hasta pronto, a cambio de tener muchísimos más, una vez adquieras tu ansiada plaza.
Finalmente, el principal problema de esta situación es el autoengaño. Como se suele decir el que mucho abarca, poco aprieta y querer hacerlo todo a medias, puede no ser lo más eficiente, al no conseguir llegar a nada realmente. Si es tu caso, vigila mucho tu autoestima, pues es la que más sufre y podemos entrar en un círculo vicioso que nos aleje de nuestra meta. Nuestro consejo: organización. Mide bien tus tiempos y no permitas que nada te aleje de la planificación que tienes.
Opositar con trabajo a jornada completa
Este puede parecer a priori el peor de los escenarios, pues las horas del día son las que son y no hay más. Pero si bien, el resto de situaciones que pueden parecer ventajosas, tienen sus problemas, esta es a la inversa, es desventajosa, pero tiene sus aristas positivas.
El primer y principal problema es obvio: no hay tiempo … pero tirando nuevamente de refranero español: hace más el que quiere que el que puede… el cerebro es asombroso y es capaz de adaptarse a las condiciones más inverosímiles, de modo que 10 minutos de estudio en esta situación, si es lo que realmente quieres, puede equivalen a una hora de estudio sin presiones, en el escenario más idílico, pero sin la suficiente motivación.
La ventaja de todo esto, es que no tenemos tiempo como para perderlo en negociar con nosotros mismos, pensando en que mañana lo haremos, que hoy estoy sin energía o me ha surgido tal plan … simplemente, aprovechamos cada instante para avanzar hacia nuestra meta.
No obstante, si no lo tenemos claro al 100%, es donde aparecen los problemas de rendimiento. Nuestra recomendación en este caso es hacer una reflexión sensata de qué es lo que realmente se quiere, qué se está dispuesto a invertir y tomar una firme decisión.
Podemos decidir cambiar de situación para tener más tiempo para estudiar o, por el contrario, optar por seguir con nuestro trabajo a jornada completa, teniendo claro dónde nos estamos metiendo y aprovechando al máximo el tiempo que tenemos para estudiar, por poco que sea.
Por nuestra parte, no podemos decirte qué hacer, solo exponerte los posibles escenarios y animarte a valorar dónde estás, a dónde quieres llegar y qué estás dispuesto a invertir para alcanzar tu meta.
Como pautas para tomar una decisión, siempre te animaremos a decantarte por la decisión que te reporte más estabilidad, tranquilidad y en suma … felicidad, a largo plazo, dado que será la llave para cumplir otras metas o proyectos, que seguramente tu situación actual no te permita lograr.
Finalmente, queremos recordarte que estamos aquí para ti, a tu entera disposición, por si podemos ayudarte con cualquier duda… ¡TODO POR LA PLAZA!