Entrevista: ¿lo digo o lo oculto?
Cuando se aproxima el momento de entrevista, con frecuencia, comienzan a asaltarnos dudas sobre cómo afrontar las posibles preguntas que nos pueden hacer el día D.
En este artículo tenemos la intención de explicarte cómo hacer frente a esas cuestiones incómodas y a resolver los dilemas sobre si debes informar o no de algún aspecto o suceso de tu trayectoria vital y/o profesional.
Tú decides
No nos andaremos con rodeos, pues es evidente que las palabras salen de tu boca, por lo que tú tienes el control absoluto de lo que decides contar.
Ahora bien, en ocasiones los silencios dicen más de lo que nos gustaría. Un solo gesto puede revelar al Tribunal mucha información, por lo que es muy importante que aprendas a controlar tus expresiones y tus tonos.
El mejor consejo que podemos brindar es que antes de enfrenarte a la entrevista oficial, realices un análisis previo de qué te puede preocupar que te pregunten. Si identificas tus debilidades podrás preparar el escenario con antelación y tener mucha más seguridad a la hora de responder.
Recuerda que es tu historia y nadie tiene la capacidad de decir que es mala o buena. El papel del Tribunal es solo identificar y anticiparse a posibles conflictos relacionados con tu desempeño profesional. Por tanto, tu papel será el de evitar crear dudas.
Controla la situación
Si ya tienes clara la lista de posibles preguntas que te preocupan o temas que no te gustaría tratar en la entrevista, tendrás que prepararte para evadirlas y para responderlas. La idea es tener salidas para todas las situaciones, pero siempre teniendo clara la preferencia.
Una forma de evitar temas, es consumir el tiempo en conversaciones que sí te interesan. Te recomendamos estirar lo máximo posible el tiempo de entrevista en temas que resalten cualidades tuyas y que demuestren tus competencias profesionales.
No olvides que tienes la potestad de responder o no, nadie te puede obligar a nada y saber decir que no también es una cualidad muy buscada por el Tribunal, pues será esencial en tu día a día. Este parámetro se conoce como asertividad y será una herramienta fundamental para la práctica profesional.
No obstante, si decides eludir la respuesta, también deberás prepararte mentalmente, pues lo normal es que el Tribunal se ponga en modo «hostil» o te haga sentir que ya tienes el «no apto». Esto no debe preocuparte, pues no has hecho nada malo y como tal debes de actuar, para mostrar tu fortaleza y autoconfianza a los entrevistadores.
No te juzgues
Puede que prefieras ir con la verdad por delante o que se trate de un tema ineludible por haber registro de ellos, como es el caso de alguna sanción que no te impida opositar, pero si hay registro de ella.
Si vas a comentarlo, en primer lugar, tienes que tener claro que el Tribunal no busca a Don perfecto o Doña perfecta, busca a una persona, con sus vivencias y aprendizajes vitales. Puede que eso que tan horrible parece, resulte que es algo que te ha enseñado y curtido, por lo que puede serte positivo.
Cuando debas realizar una confesión o explicar una situación difícil, nuestro consejo es que no intentes justificar, evitando aburrir al Tribunal con excusas y disculpas. Fue un error de tu pasado, reconócelo, explícalo y asegúrate de aclarar que la persona que tienen delante ya no haría lo mismo, pues ha aprendido de ello.
En resumidas cuentas, como te comentábamos al inicio, eres tú quién decide contarlo o no y todo tiene su lado bueno o malo.
Si lo ocultas, el Tribunal podrá detectar falta de sinceridad, pero si sabes gestionar la situación, podrás demostrar que sabes decir que no, sin ofender a nadie y que eres capaz de poner límites.
Si lo cuentas, puede que se manche la opinión que se formen sobre ti, sin bien, harás gala de sinceridad y autoconfianza, además de mostrar que tienes experiencia y que has aprendido cómo salir de determinadas situaciones, por lo que tienes algo que otros opositores no.
Por tanto, lo más importante no es contarlo o no, es saber cómo ocultarlo o explicarlo. Esto pasa por cuestionarte, entenderte y aprender a explicarte, para lo que no queda otra que practicar antes de la entrevista.
No obstante, aquí el dicho de la práctica hace al maestro no se puede aplicar al 100%, pues en ocasiones, si nos lo planteamos todo, podemos correr el riesgo de cogerle miedo a la entrevista y el resultado será contraproducente.
En otros artículos, te expondremos los beneficios y desventajas de preparar la entrevista y te contaremos cómo te recomendamos prepararla, pero como casi todo en la vida, en el punto medio está el gusto. Nuestro consejo siempre será que seas tú…pero aprendiendo a mostrar tu mejor cara.
Finalmente, recuerda que tienes a tu disposición el Departamento de Psicología de beneméritos para ayudarte con esta y con todas las cuestiones que tengas en lo que refiere a la entrevista, el test de personalidad o la prueba de Biodata.
Quedamos a tu entera disposición, por si podemos ayudarte con cualquier duda… ¡TODO POR LA PLAZA!